A 40 años del “Día de la recuperación de la democracia”

Por Alexis Nicolás Pellagatta (*)

El 30 de octubre de 1983 es una fecha crucial en la historia de Argentina, ya que marca el día en que el país puso fin a su etapa más oscura y recuperó la democracia. Después de casi una década de represión, violaciones a los derechos humanos y censura, los argentinos salieron a las calles para expresar su deseo de libertad y participación política.

La última dictadura militar en Argentina comenzó el 24 de marzo de 1976, cuando un golpe de Estado derrocó al gobierno constitucional de Isabel Perón. Durante los siguientes años, el país sufrió una represión brutal por parte de las fuerzas armadas, con más de treinta mil desaparecidos, torturas y violaciones sistemáticas a los derechos humanos. La censura y la persecución política fueron moneda corriente, y el país se sumió en un clima de miedo y silencio.

A medida que avanzaba la década de 1980, la sociedad argentina comenzó a despertar y a manifestar su rechazo al régimen militar. Las Madres de Plaza de Mayo y otros grupos de derechos humanos lideraron la lucha por la justicia y la aparición con vida de los desaparecidos. Además, hubo movimientos sindicales y estudiantiles que se unieron en demanda de libertad y cambio.

En 1982, la derrota en la Guerra de las Malvinas a manos de Gran Bretaña debilitó aún más al régimen militar y aumentó la presión interna para una apertura política. Finalmente, el gobierno militar convocó a elecciones generales para el 30 de octubre de 1983 y la fórmula encabezada por Raúl Alfonsín, representante de la Unión Cívica Radical (UCR), se convertiría en la opción más votada.

El 30 de octubre de 1983, millones de argentinos ejercieron su derecho al voto en un clima de esperanza y expectativa. Las elecciones se llevaron a cabo con normalidad y sin incidentes graves. Los resultados fueron contundentes: Raúl Alfonsín obtuvo una victoria aplastante sobre su principal rival, Ítalo Lúder del Partido Justicialista (PJ), con más del 50% de los votos y se convirtió en un símbolo de la lucha por la democracia y los derechos humanos.

La asunción de Raúl Alfonsín como presidente, el 10 de diciembre de 1983, marcó el inicio de un nuevo período democrático en Argentina. Entre los logros más destacados de su mandato se encuentran el Juicio a las Juntas, que permitió juzgar y condenar a los responsables de los crímenes cometidos durante la dictadura, y la sanción de leyes fundamentales para la garantía de los derechos humanos y las libertades individuales.

Además, Alfonsín impulsó una política de reconciliación nacional y promovió la consolidación de las instituciones democráticas y el respeto por los derechos civiles. Su gestión sentó las bases para un país más inclusivo, participativo y comprometido con la justicia social.

Cuarenta años después, debemos reconocer los desafíos que enfrentamos como sociedad. Aún persisten enormes desigualdades, corrupción e injusticias que debemos abordar de manera decidida y colectiva. La conmemoración de este día nos invita a reflexionar sobre cómo podemos seguir construyendo una sociedad más justa, igualitaria y democrática.

(*) El autor es Diplomado en Políticas Públicas para el Desarrollo Local y Regional (UNLu) y Diplomado en Comunicación Política y de Gobierno (UNTREF)

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